Terapia infantil a través del juego: ¿en qué consiste?
- Mireia Font Becerra
- hace 4 días
- 2 Min. de lectura
La terapia infantil a través del juego es una herramienta fundamental para acompañar a niños y niñas en su proceso emocional y psicológico. A diferencia de los adultos, que pueden expresar sus sentimientos y pensamientos principalmente a través del lenguaje verbal, los niños y niñas a menudo encuentran en el juego el canal natural para comunicar lo que les ocurre internamente. Por eso, hacer terapia de juego es una forma de acercarnos a su mundo, respetando su lenguaje y su manera de entenderse a sí mismos y al entorno.

El juego es la forma en que la infancia explora, experimenta y da sentido a la realidad. A través de él, los niños y niñas representan sus emociones, deseos, miedos y conflictos. La terapia de juego aprovecha este espacio para que puedan expresar lo que quizá no tienen palabras para decir. Por ejemplo, un/a niño/a que ha vivido situaciones difíciles, como conflictos familiares, separaciones, pérdidas o situaciones de violencia, puede manifestar su malestar a través de juegos repetitivos, dibujos o escenas que simbolizan su mundo interno.
Desde la terapia infantil se destaca que, en el juego terapéutico, el/la menor se siente seguro/a para explorar sin juicios, para poner en palabras (o en actos simbólicos) lo que siente, para experimentar la relación con el terapeuta/a como un espacio donde puede confiar y ser aceptado/a plenamente. Este vínculo es clave, porque no solo se trata de entender lo que sucede, sino de sentir que no está sol@ frente a su dolor o confusión.
Además, el juego permite que el/la niño/a reconstruya narrativas y vínculos desde un lugar de mayor seguridad y integración emocional. Muchas veces, en sus entornos cotidianos, los niños y niñas no tienen los recursos ni el espacio para expresar sus emociones complejas. La terapia de juego se convierte entonces en un espacio reparador, donde pueden desactivar el estrés, la ansiedad o la tristeza, y poco a poco fortalecer su autoestima, su capacidad para la regulación emocional y su resiliencia.
La intervención en terapia de juego no consiste en dirigir el juego de forma rígida, sino en acompañar el proceso, interpretar con sensibilidad lo que el/la menor muestra y ofrecer respuestas que validen sus experiencias. Es un proceso paciente y respetuoso que se adapta a las necesidades y ritmos de cada niño/a, favoreciendo la construcción de un mundo interno más coherente y tolerable.
Por último, la terapia de juego no solo beneficia al/la niño/a, sino que también se trabaja en conjunto con las figuras adultas importantes, como las madres, padres o cuidadoras/es. La colaboración con la familia y el entorno permite generar cambios en la dinámica relacional, que son indispensables para que el proceso terapéutico tenga un impacto duradero y profundo.
En definitiva, la terapia infantil mediante el juego es una puerta abierta al mundo emocional de la infancia, un espacio donde el juego se convierte en lenguaje, y el lenguaje en cura. Es acompañar desde el respeto, la escucha y la comprensión, permitiendo que los niños y niñas crezcan con mayor bienestar emocional y mejores herramientas para enfrentar la vida.
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