¿Qué es la ansiedad?
- Mireia Font Becerra
- hace 4 días
- 2 Min. de lectura
La ansiedad es una experiencia común que todas las personas sentimos en algún momento. Es esa sensación de preocupación, nervios o miedo que puede aparecer cuando enfrentamos situaciones difíciles o desconocidas. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve muy frecuente, muy fuerte o nos impide llevar una vida normal, es importante entender qué hay detrás de esa sensación que nos inquieta.

Desde una forma de entender la ansiedad que une diferentes perspectivas de la psicología, la ansiedad no es solo un síntoma que hay que controlar, sino una señal que nos invita a mirar con cuidado qué está pasando dentro de nosotras o nosotros y en las relaciones con quienes nos rodean.
La ansiedad puede aparecer como una alarma cuando hay peligros reales o imaginarios, pero muchas veces viene de problemas emocionales que no se han resuelto, experiencias difíciles que tuvimos cuando éramos niños o de formas de relacionarnos que aprendimos en nuestra infancia. Según la mirada psicoanalítica, la ansiedad surge cuando algo que está oculto en nuestro interior (lo inconsciente) intenta salir a la conciencia, y esa sensación incómoda sirve para proteger nuestra salud mental. Es como una señal que avisa que algo necesita atención, aunque a veces no sepamos bien qué es.
Además, la ansiedad está muy relacionada con cómo nos conectamos con otras personas. Muchas veces aparece cuando no se han cubierto nuestras necesidades emocionales o cuando las relaciones importantes han sido difíciles, con momentos de rechazo, confusión o exigencias que costaba cumplir. Por ejemplo, si crecimos con miedo a no ser suficientes o con reglas familiares muy rígidas, eso puede ayudar a que la ansiedad se mantenga y genere una sensación constante de amenaza.
Desde este enfoque integrativo, la terapia acompaña a la persona para identificar qué emociones, deseos o miedos están detrás de la ansiedad. No se trata solo de controlar la ansiedad o usar técnicas para calmarse (que también son útiles), sino de crear un espacio donde podamos hablar y entender esas emociones profundas. La relación con el terapeuta, que debe ser segura y empática, ayuda a que la ansiedad deje de ser una enemiga y se convierta en una guía para conocernos mejor y cambiar. Recordemos que la ansiedad es un síntoma de algo más profundo, y es eso a lo que debemos prestar atención.
La ansiedad es entonces una oportunidad para comprender cómo nuestra historia personal y nuestras relaciones influyen en cómo nos sentimos hoy. Trabajar con esta mirada significa aceptar que el sufrimiento es complejo, respetar la singularidad de cada persona y ayudar a encontrar nuevas formas de relacionarnos con nosotras mismas y con el mundo.
Si sientes que la ansiedad está afectando tu vida, recuerda que pedir ayuda y abrir un espacio para la terapia puede ser un paso importante para recuperar el bienestar emocional y vivir de forma más plena.
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